El principal almacenamiento de agua para riego -e incluso para uso doméstico- es la presa de El Rodeo, que desde hace años enfrenta graves problemas en su estructura que le hacen perder una parte importante del líquido.
Las reparaciones de las grietas que sufre son constantes y al menos en otro año han sido arregladas a destiempo, lo que imposibilitó captar el agua de las primeras lluvias. Para colmo, las precipitaciones de septiembre, las más intensas del año, no fueron suficientes.
Pero ahora preocupa la noticia de que también la presa Los Carros, en la zona oriente, enfrenta problemas estructurales.
Todo indica que debe replantearse el sistema hídrico para uso agrícola de Morelos, pues el envejecimiento de la infraestructura y la sequía que afecta al país resulta en una mala combinación que puede traer consecuencias imprevisibles para la entidad en muy pocos años.