Los afectados por la cancelación del programa llamado Escuelas de Tiempo Completo desconfían de las acciones encaminadas a remediar parcialmente el vacío que quedó.
El programa citado extendía las horas de clases en decenas de escuelas y permitía al alumnado recibir alimentos en su plantel. Eso permitía a muchos padres y madres trabajadoras disponer de más horas de calma sin tener que acudir a las escuelas por sus hijos.
El programa que cubrirá esas dos ventajas no ha dado a conocer muchas de sus reglas de operación y ni siquiera sus alcances, por lo que se avecina una tormenta si las autoridades federales no precisan todos esos vacíos.
El programa desaparecido dejó una honda huella, por lo que sustituirlo con imprevisiones puede generar demasiados reclamos, que hoy pueden evitarse.