El descarado aprovechamiento que pretenden hacer del dolor ajeno tal vez explique el rechazo que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) provoca entre los electores, que lo han llevado a la irrelevancia.
Ayer, sin ningún pudor, esa organización usó una enorme fotografía de la mujer asesinada con saña en Cuautla y la colocó a un lado de su escudo representativo, en una manifestación pública con reducida asistencia que pretendía exigir justicia por el feminicidio.
El uso partidista de los males que padece la sociedad ha sido una constante en este país, pero recurrir a una terrible muerte para promocionar abiertamente a lo que queda del perredismo habla de una insensibilidad enorme.