La quinta ola de contagios por covid 19 carece del dramatismo que tuvieron las primeras tres fases altas de transmisión de esa enfermedad, pero no por eso deja de afectar a la sociedad, pues contraerla obliga al resguardo domiciliario y en ocasiones produce efectos (fiebre, dolor de cabeza, problemas respiratorios) incapacitantes.
Sin embargo, una parte importante de la población actúa despreocupadamente, lo que facilita la transmisión.
Aunque por el comportamiento atenuado de la enfermedad parece que se requiere de un confinamiento general, no puede descartarse tal cosa, por lo que solo queda actuar con responsabilidad, vacunarse y adoptar todas las medidas preventivas para evitar otro cierre de la economía.