Los presidentes municipales han sido ya informados de que no deben esperar recursos adicionales en lo que resta del año, para que tomen las medidas necesarias para cumplir las obligaciones financieras que asumieron.
El gasto de nómina en las administraciones municipales es enorme y deja poco o nada de dinero para la realización de obra pública y cada vez menos para la prestación de los servicios.
Sin embargo, el esquema clientelar que asigna plazas como agradecimiento por apoyos en tiempos electorales hace crujir las finanzas de las alcaldías, especialmente al cierre de año.
Una administración ordenada implica prever la disponibilidad de recursos, para evitar que las cosas se compliquen.