La Secretaría de Educación Pública, que estrena su tercer titular del sexenio, anunció finalmente que el plan de estudios para la enseñanza básica pospondrá su entrada por lo menos un año, luego de que se esperaba que en el próximo ciclo escolar se pudieran en marcha en plan experimental.
Treinta escuelas en cada estado de la república serían seleccionadas para comenzar una nueva forma de enseñanza o quizá simplemente una nueva forma de denominar a las cosas.
La enseñanza en los niveles básicos ha caído en calidad en los últimos lustros, sobre todo en los planteles públicos.
El experimento del nuevo modelo ni siquiera contemplaba -o al menos no de manera contundente- revertir ese deterioro, sino conseguir habilidades que los alumnos hoy no tienen, mientras los niveles de conocimientos impartidos en las aulas se reducen.
La educación es la base del progreso. Es innegable y el país no puede renunciar a ofrecer una mejor educación, por lo que el debate sobre el modelo que se quiere imponer debería promoverse entre toda la sociedad.