Los municipios más agobiados por deudas y con menos recursos para obras públicas y el pago de los servicios son los que tienen cabildos con ostentosos ingresos.
Las dietas, como se denomina al pago que alcaldes, síndicos y regidores reciben, son desproporcionados respecto al ingreso promedio de los habitantes de municipios que sin embargo requieren urgentemente de recursos para mejorar sus condiciones de vida.
Esos municipios que dicen no tener dinero para hacer frente a sus responsabilidades podrían encontrarlo de esa veta, el presupuesto destinado a esas hirientes dietas.
Y de allí podrían salir recursos para contratar más policías, un tema de permanente actualidad pero siempre descuidado.