Cuando pensábamos que ya no era necesario preocuparse de la amenaza que al menos una vez al año representaban las estudiantes de la Escuela Normal Rural de Amilcingo y sus homólogos de otras escuelas, finalmente han vuelto, con las tácticas de siempre: secuestro de autobuses y bloqueo de calles y carreteras mediante el uso de la fuerza.
En su momento de mayor auge, esas movilizaciones provocaron terribles daños a la economía de la zona oriente, pero también de otras regiones de la entidad, no solo con los bloqueos sino con la rapiña a la que acostumbraban someter a los vehículos de reparto de todo tipo de mercancía.
La muerte de varias de las normalistas en un accidente que ellas provocaron apaciguó su conducta, pero parece que ya olvidaron ese negro capítulo y han vuelto a las andadas.