La aprobación del llamado Paquete Económico es una tarea exclusiva del Poder Legislativo, la cual se incumplió, para el año que corre, a pesar de las afectaciones que esto genera a todos los entes gubernamentales y a los municipios.
Numerosos planes de desarrollo quedaron truncados o fueron pospuestos por la falta de acuerdos entre los legisladores.
Las divisiones internas en el Congreso local no auguran nada bueno.
La falta de un liderazgo que genere una mayoría clara desembocó en pequeñas fracciones que tratan de hacer prevalecer sus intereses muy particulares y egoístas, lo que frustra cualquier intento por aprobar con los votos necesarios toda clase de medidas, por trascendentes que sean.
La aprobación de los presupuestos estatales pondrá a prueba la expresiones de numerosos diputados en el sentido de que ahora sí cumplirán su deber.
Eso, lamentablemente, está por verse.