El embarazo de adolescentes es otro problema de salud pública que se recrudeció en los últimos años y que debe ser atacado de raíz.
Destaca que el problema tiene mayor prevalencia en municipios rurales y con menor población (con la excepción de Temixco).
Adicionalmente a todo eso, las jóvenes que por cualquiera de las circunstancias que las rodean quedan encintas deben enfrentar las circunstancias de la sociedad de la que forman parte, que lo mismo las señala que les impide interrumpir el embarazo que cambiará drásticamente su vida.
Las medidas para resolver una situación social de esta índole deben ser múltiples, pero una educación sexual científica y oportuna, así como el acceso a medidas de control natal, es esencial.
Los números dados a conocer ayer no son simples: se trata de miles de casos que no deberían ocurrir y que marcan drásticamente otras tantas vidas, que no volverán a ser iguales.