Desde su inicio, la promoción denominada El Buen Fin logró movilizar de una forma inusual a quienes consumen en el comercio establecido, con la expectativa de encontrar precios inmejorables.
Sin embargo, la forma de operar de este periodo de promociones se orienta sobre todo a dar enormes facilidades de pago con tarjeta de crédito más que en reducir precios, lo que si bien permite mover cifras espectaculares de dinero, diluye el entusiasmo de los compradores.
La pandemia modificó la forma el comercio, que recurrió a los canales digitales, pero ahora que es posible la actividad presencial los negocios participantes tienen la oportunidad de regresar al planteamiento original, en beneficio de los compradores y de toda la propuesta, que de esa manera podría recuperar la fidelización de sus primeros años, algo que beneficiará a toda la economía.