El dengue como problema de salud pública se mantiene, mientras los contagios de viruela símica se han estabilizado y los de covid se reducen notablemente. Cada una de esas enfermedades tiene diferentes formas de propagarse pero las tres están bajo la vigilancia constante de las autoridades de salud, solo que la primera de ellas requiere de una mayor colaboración ciudadana para combatir la reproducción del mosquito transmisor.
Acabar con los criaderos implica la participación activa de la población, pues estos se ubican dentro de los inmuebles particulares que no son correctamente vigilados por sus moradores.
Aunque los decesos por dengue son dos en lo que va del año, no puede usarse la palabra “apenas”, porque se trata de vidas cortadas, de vidas que deberían haber continuado, tan valiosas como si se tratara de cien.
Otras enfermedades de tratamiento más mediático acaparan la atención, pero el dengue, con el que tenemos casi 40 años de convivencia, no puede ser soslayado porque, como ya se dijo, puede ser mortal.