Nada de los milmillonarios recursos públicos desviados por la anterior administración ha podido recuperarse luego de casi un lustro. Los procedimientos penales contra una parte de los presuntos responsables de múltiples delitos cometidos desde el aparato de gobierno salen a cuentagotas, pero no contra los sospechosos más relevantes.
De poco ha servido imputar en varios procedimientos a diversos ex funcionarios, luego de que por varios años gozaron de una total impunidad.
Hay decenas de denuncias que duermen el sueño de los justos, a pesar de que diversas instancias han coadyuvado a aportar indicios y pruebas. El procedimiento para sancionar la corrupción es en realidad un instrumento de impunidad.