Por enésima vez, las autoridades municipales de Xoxocotla fueron incapaces de evitar que la carretera Alpuyeca-Jojutla, una de las más importantes de la entidad, fuera cerrada por habitantes del lugar como medida de presión para exigir la liberación de uno de los suyos y que enfrenta acusaciones que solo se resuelven ante los tribunales.
Quienes vieron conculcado su derecho de tránsito eran ajenos al reclamo, pero las autoridades locales no intervinieron para tratar de corregir ese tipo de excesos que en el proceso para crear el municipio indígena fue una de las dudas sobre la posibilidad de esa comunidad de autogobernarse.
Aunque debe reconocerse que el número de ocasiones en que se ha cerrado la citada carretera en los gobiernos anteriores es significativamente menor a las peores épocas, la persistencia de esa conducta sigue allí.