Su peligrosidad y elevada contaminación ha hecho que en los países desarrollados poco a poco los espectáculos de luces se realicen con drones, rayos láser u otros recursos tecnológicos, pero en Morelos esa actividad pervive, con consecuencias periódicamente duras de afrontar.
La explosión de ayer en Totolapan -cuyo saldo exacto al cierre de esta edición se ignoraba- fue un recordatorio más de que ese tipo de actividades debe suspenderse.
Tanto la fabricación como el uso implican demasiados riesgos. Por supuesto, la sustitución del espectáculo de luces que la pólvora ofrece no es fácil, pero es tiempo de iniciar la migración, pues cualquiera de los formatos, incluido el tradicional de castillos y bombas, tiene un alto costo, lo que permite elegir a favor de los menores efectos dañinos.