La próxima reapertura del Palacio de Cortés y su museo constituye un paso enorme en la recuperación de la imagen y la actividad turística de Cuernavaca.
El que era probablemente el monumento más visitado por el turismo que llega a la ciudad ha estado cerrado por más de cinco años, aunque su último periodo en servicio estuvo cercado por una valla de comerciantes ambulantes que ofrecían un pésimo aspecto de la capital de Morelos.
La actividad económica seguramente tendrá un repunte, siempre y cuando se preserve el entorno del viejo inmueble, para que sea patrimonio de todos.
Definitivamente no solo la capital sino toda la entidad requieren de reclamos de ese nivel para que la gente de otras latitudes -y no solo de México- decidan visitarnos.