Aunque hace unos días la alcaldesa de Temixco Juana Ocampo minimizó la denuncia ciudadana sobre los rubos en el transporte colectivo cuando las unidades cruzan el territorio que ella gobierna, la realidad muestra cosas diferentes a la versión oficial.
Ayer, a plena luz del día y a la vista de todos, un hombre fue asesinado dentro de una unidad deportiva y los homicidas escaparon con facilidad.
La presidenta municipal, llegada al poder por las circunstancias del destino, debe dejar de banalizar el problema, porque las víctimas son los ciudadanos que ella debe representar.
Tanto los llamados delitos de alto impacto como otros que por su frecuencia podrían minimizarse causan el mismo daño a las víctimas. La alcaldesa debe dejar de ser omisa, al menos si tiene conciencia que tendrá pronto una cita con las urnas.