La sequía prolongada se agravó con las olas de calor que hemos padecido a lo largo del mes, lo que afecta la salud de mucha gente pero también amenaza con provocar severos daños a la agricultura, no solo económicos sino también de seguridad alimentaria.
Morelos es deficitario en la producción de alimentos y esa situación puede agravarse si no llueve en los próximos días.
La excesiva prudencia de los agricultores ha hecho que la mayoría aún no inicie sus cultivos, lo que de alguna forma ha evitado duplicar gastos con la re siembra que seguramente se requeriría.
Toda esta situación nos lleva a la misma conclusión: los morelenses debemos hacer un uso más eficiente del agua disponible y dotarnos de una capacidad de almacenamiento significativa, lo mismo para el consumo humano que para la agricultura, para hacer frente a la nueva realidad provocada por el cambio climático antropocéntrico.