Si la población interviene de manera decisiva y retira de sus hogares todos aquellos objetos que pueden ser criaderos del mosquito que transmite el dengue (y otras enfermedades) esa enfermedad -que en algunas de sus variantes puede ser mortal- podrá controlarse fácilmente.
De otra forma, como sociedad nos arriesgamos a vivir, como hace dos sexenios, una oleada de muertes prevenibles.
No hay manera de que se combata eficazmente el dengue si desde los hogares no se toman las medidas preventivas adecuadas, que no son complejas ni mucho menos.
Basta con impedir la acumulación de agua limpia en recipientes que pueden servir de criaderos del mosquito transmisor y adoptar medidas simples -como la colocación de mosquiteros y el uso de repelentes adecuados- para que los morelenses puedan preservar la salud de sus seres queridos. Pero hay que hacerlo ya.