El incumplimiento del Congreso local para cubrir las magistraturas vacantes, incluidas las de nueva creación, provocó una enorme tensión en el Poder Judicial, debido a la modificación de los equilibrios difícilmente conseguidos en su máximo órgano de decisión, que ahora opera con un reducido número de magistrados.
El mismo Congreso local mantiene desde hace casi dos años tensiones constantes con el Poder Ejecutivo cuya operatividad ha buscado limitar mediante el uso faccioso del presupuesto, lo que ha terminado por impactar directamente al ciudadano.
Y lo mismo han hecho quienes controlan el Poder Legislativo con el sistema electoral, al cual no introdujeron las reformas para garantizar el acceso a las minorías a obtener candidaturas a cargos de elección popular, lo que en su momento generará enromes tensiones.
Poco hay que agregar a ese recuento de calamidades con un foco común, excepto que ponerle fin a esta situación está en manos únicamente de la ciudadanía y su voto responsable.