Hace bien la diputada Ariadna Barrera Vázquez en denunciar que el Congreso del estado debe ser auditado de forma urgente y la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) revisada, ante la posibilidad de que desde allí se cometan graves actos de corrupción.
La actual Legislatura, en manos de un panista, desde su inicio ha mantenido en el mayor secreto el uso que hace de los recursos públicos que han sido asignados y que en su conjunto superan holgadamente los mil millones de pesos en el periodo en que ostentarán su cargo de elección los quince diputados responsables de los estropicios.
Deslindarse de esos posibles delitos es lo mejor que pueden hacer quienes aún tienen algo de sensatez en ese grupo que cada vez se enfanga en sus vergonzosos actos.
Por lo pronto, el daño a la entidad será muy grave, sobre todo si persisten en su actitud actual.