Ha sido una verdadera tragedia y ha tomado a todos por sorpresa la entrada del huracán Otis a las costas de Guerrero con una potencia nunca vista en la región.
El fenómeno, que en apenas unas horas pasó de categoría tres a cinco frente a Acapulco, afectó gravemente las comunicaciones y provocó una angustiante incertidumbre sobre el destino de la población afectada.
Los datos fluyeron lentamente, pero las primeras imágenes hacen creer que la devastación es enorme y que se requiere de mucha ayuda para restablecer los servicios indispensables.
Nuevamente, los ciudadanos de este país podemos hacer la diferencia. Nuestra solidaridad será decisiva para hacer frente a los primeros momentos de los enormes daños y para volver a la normalidad.
Se requiere el apoyo de todos y los morelenses debemos ser muy generosos, como lo fueron con nosotros cuando el temblor de septiembre de 2017.
Nos ha llegado el momento de corresponder.