El grupo que impulsa exhibir a las diputadas y diputados locales que han cometido tantos latrocinios contra el pueblo de Morelos llama a los legisladores “delincuentes de cuello blanco que usan al congreso del estado para defender criminales y delincuentes”.
Agrupados en el poco creativo nombre de G15, quienes tienen cautivo al Poder Legislativo han hecho más de lo que señala la frase anterior, porque sus actos buscan trascender al periodo por el que fueron nombrados representantes populares y pretenden eternizar su influencia sobre las instituciones de Morelos.
No otra cosa es el intento por apoderarse del Poder Judicial a través del nombramiento de magistrados afines, en una medida que -de lograrla- marcará por una generación a la forma en que se administra justicia.
Los ciudadanos estamos desprotegidos ante los abusos de los hombres y mujeres con fuero constitucional que han traicionado a sus votantes, por lo que quizá el señalamiento público sea el único recurso que queda.