Por solidaridad, los trabajadores sindicalizados del Poder Judicial federal en Morelos han regresado a sus labores listos para hacerse cargo del trabajo proveniente del estado de Guerrero, que en gran parte no podrá ser procesado allá por la destrucción que el huracán Otis provocó en el puerto de Acapulco.
Sus reclamos por la desaparición de 13 fideicomisos de donde -aseguran- se cubren diversas prestaciones, continuarán ahora por la vía jurídica, porque lo que consideran ahora como prioridad es ser solidarios con sus homólogos guerrerenses.
Esa es la otra cara de la moneda de este país, la más grande, la más extensa, mientras que el rostro mezquino de quienes sacan provecho hasta de las tragedias apenas son una minoría.
México es más solidaridad y menos egoísmo. Por eso Acapulco, dramáticamente destruido por el huracán, pronto resurgirá de sus cenizas.