Cuesta trabajo dar credibilidad a cualquiera de las acciones del llamado G-15, que ahora ha emitido una convocatoria para elegir a quien ocupe la titularidad de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) cuando todos sabemos que solo buscan imponer a su incondicional José Blas Cuevas, encargado de despacho, que ha frenado cualquier investigación sobre el manejo de los cuantiosos recursos de la actual legislatura.
El que no se haya publicado aún esa convocatoria en el periódico oficial ha frenado un poco sus ambiciones, pero indigna que se convoque a profesionales bien preparados y se les incite a registrarse cuando el resultado ya se arregló de antemano.
Es difícil esperar otra cosa. A eso nos han acostumbrado quienes controlan con mano de hierro esos ahora 14 votos que tan dañinos han sido para la sociedad morelense.