La Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización hace tiempo que solo es una agencia de empleos para los diputados, que utilizan el organismo para colocar a sus familiares y amigos y además para proteger a los suyos y darles a los alcaldes afines el finiquito de que usaron correctamente los recursos públicos que les son asignados.
Aún así, la legislatura actual le concedió mayor presupuesto y permitió que se gastaran cinco millones de pesos en un inmueble que no les pertenece.
Habrá que esperar a que los próximos ocupantes del Congreso tengan la calidad moral para recomponer las cosas, pero mientras tanto la impunidad se mantiene como norma, porque el organismo encargado de revisar y comprobar el buen uso del dinero público no tiene la intención de cumplir con sus obligaciones.