El sexenio del exgobernador Graco Ramírez Garrido Abreu es un pesado lastre para Morelos. Las magnitudes del saqueo han sido documentadas por la actual administración, pero el actuar del exmandatario está en la impunidad, en una enredada madeja de procedimientos judiciales que aletargan y retrasan la acción de la justicia.
La Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción y el Congreso estatal han sido instancias obstaculizadoras y protectoras del golpe que representó para los morelenses el gobierno del tabasqueño. La presente gestión estatal ha hecho su labor con la integración de decenas de denuncias por desvío de recursos y ejercicio indebido del servicio público, en las que están involucrados colaboradores de Ramírez Garrido Abreu.
El país reclama castigo para los malos gobernantes. Algunos ya conocen la cárcel. La justicia tiene una deuda con Morelos.