Uno de los matices en que deja constancia la Cuarta Transformación es anunciar los aspectos filosóficos que guían sus gobiernos. La gobernadora Margarita González Saravia hizo lo propio, similar a lo realizado hace seis años por el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, con su Guía Ética para la Transformación de México.
El acto en el zócalo de Cuernavaca tuvo como figuras a catedráticos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, lo que deja un muy buen sabor de boca, pues augura una administración con tres elementos muy necesarios para los tiempos actuales: la teoría inmersa en el ámbito académico, que puede ayudar a resolver de manera más eficiente los problemas; la filosofía, que debe guiar cualquier ejercicio político-administrativo; y la práctica, que materializa los dos aspectos anteriores.
Históricamente estos tres elementos han sido vistos como irreconciliables y se ha apelado más a pragmatismos que lo único que han hecho es paliar problemas a lo largo de las décadas, más allá de resolverlos. La administración que inicia, de entrada, se puso a sí misma un reto muy grande: alcanzar “el buen vivir” de los morelenses e inició de manera muy acertada.