La presentación de la Estrategia Nacional de Seguridad, en la conferencia de prensa matutina de este martes, estuvo enmarcada por hechos violentos que exhiben que la realidad reclama una atención contundente en ciertas rutas.
Los enfrentamientos entre células del crimen organizado en Culiacán, que a un mes de distancia tienen como saldo por lo menos 150 asesinatos, y otro tanto en desapariciones, muestra la urgencia de empezar a ejecutarla y, sobre todo, de fortalecer dos de sus ejes: inteligencia y coordinación.
El asesinato del alcalde de Chilpancingo vino a reafirmar esa urgencia, pues mostró que lo que menos hay en este momento es precisamente mecanismos de inteligencia confiables, y mucho menos coordinación.
Como bien lo afirmó el propio titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ambos elementos permiten no sólo reaccionar a los delitos, sino anticiparse a ellos, y en los dos ejemplos citados claramente el Estado quedó rebasado.