Antes de concluir su misión como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar rompió la mesura que lo había caracterizado en toda su gestión e hizo algunos señalamientos sobre todo en materia de seguridad.
Concretamente, su llamado se centró en exponer que las estrategias de “abrazos, no balazos” y “austeridad republicana” no han dado resultados en el combate a la criminalidad. El embajador sugirió coordinación e invertir más recursos en materia de seguridad.
Si bien las cifras oficiales refieren una disminución en los delitos de alto impacto, es evidente que el problema de violencia e inseguridad en varias regiones de México sigue latente, y no es casual que siete entidades concentren el 50% de todos los homicidios dolosos.
Gusten o no las declaraciones del diplomático estadounidense, tiene razón en sus apreciaciones y también al decir que el pueblo de México merece vivir sin miedo.