Muchos son los factores que inciden para que nuestros niños y jóvenes crezcan con malos hábitos de alimentación, que los llevan a que en la edad adulta presenten severos problemas de salud.
De manera poco efectiva, a lo largo de varios sexenios se han puesto en marcha estrategias para promover mejores formas de alimentación y la práctica de actividades deportivas como medidas de prevención a los problemas de salud pública que hoy aquejan a todo el país.
Uno de los aspectos que retomó la autoridad en los últimos seis años fue el reintroducir en los contenidos educativos el tema de la vida saludable, pues es un primer paso para que los niños -por lo menos- escuchen del tema y se familiaricen con él. Ya después vendrán una o más estrategias que acompañen lo principal, que es la educación, que irremediablemente deberá alcanzar a los padres de familia para impactar de manera realmente efectiva en el cambio de hábitos.