Aunque la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción asegure que no retiró los cargos contra el exgobernador Graco Ramírez y su entonces secretario de Hacienda, Jorge Michel Luna, por ejercicio abusivo del cargo, la presencia de ayer de ambos funcionarios ante un juez se trató de un mero trámite, pues es imposible que ambos no conocieran con antelación el desistimiento de la demanda por parte de la titular del Instituto de Crédito.
La sonrisa del exmandatario a su salida de los juzgados refleja la seguridad que tiene en que este proceso concluya sin mayor sobresalto. Y a pesar de que a través de su cuenta de “X” afirmó que el crédito ya fue pagado y ello hace que no proceda la vinculación a proceso, conviene recordar que la acusación no fue por la falta de pago del crédito, sino por autoasignarse un beneficio al que supuestamente no tenía derecho y del que se valió simple y sencillamente por el peso de su cargo público.
En todo caso, lo que debió mostrar es el respaldo legal que legitime su derecho como beneficiario del crédito y termine de una vez por todas con ese debate sobre si fue en su carácter de trabajador o patrón, que fue lo que motivó su presentación ante la justicia.