Pese a la importante función que deben desempeñar, la lucha por el control de todos los ámbitos de poder en el Legislativo hizo que la primera sesión del trienio que recién comenzó a correr se suspendiera.
Los nuevos diputados se parecen así demasiado a los que sustituyen. De no cambiar las cosas, será manifiesto que el interés público volverá a ser marginal en los trabajos de los diputados, como pasó los últimos lustros, quizá decenios.
Las declaraciones deben dar paso a los hecho, a fin de que los ciudadanos no pierdan desde ahora la ilusión de que las cosas pueden cambiar.