Son demasiados los intereses en juego en el transporte público de Morelos y es evidente que los actuales concesionarios resultarán afectados, pero también es cierto que ninguna de las grandes inversiones gubernamentales ha ofrecido réditos sociales, sino más bien buenas ganancias para los beneficiarios.
Por todo lo anterior, es urgente que el pregón de transparencia en las acciones oficiales se haga realidad y se hagan públicos los detalles de la supuesta licitación, así como el monto del dinero que se gastará en la realización del proyecto pero, sobre todo, los fundamentos legales que llevaron a la autoridad el ramo a entregar a una empresa ese proyecto.