Nos referimos a la decisión asumida por policías del Mando Único -o sus jefes- de detener a un grupo de profesores que protestaba contra el proceso de evaluación del personal docente del sistema educativo y de llevarlos al sitio denominado Torre Morelos (para "certificarlos") sin ponerlos antes a disposición de alguna autoridad.
Al final prevaleció la cordura y los detenidos quedaron libres, pero el escenario para una radicalización de las protestas estaba puesto.
Por supuesto, no se trata de pedir que quienes cometen delitos queden libres si tienen el respaldo de un grupo de presión, sino de que la conducta policiaca se ajuste a derecho para evitar dar motivos de reclamo social justificado.