La sensación de la falta de castigo al agresor, de la falta de justicia, puede explicar una reacción de una víctima como la que ocurrió no sólo antenoche en Yecapixtla, sino la noche del domingo pasado en Emiliano Zapata, en donde también fue asesinado a golpes a manos de civiles, un automovilista que atropelló a dos hombres.
La percepción ciudadana de inseguridad e impunidad en Morelos es grave, en menos de dos semanas ya acarreó dos escenarios de linchamiento
-señal de hartazgo social-, algo no visto en nuestra entidad desde hace tiempo.
¿Qué sigue? A pesar de los desmentidos oficiales, ya se informó de la conformación de grupos de autodefensa en municipios del estado.
Ante la ineptitud, indolencia e insensibilidad del Ejecutivo estatal para cumplir con su responsabilidad constitucional de garantizar seguridad, ¿los morelenses nos tenemos que defender con nuestros propios recursos?