Los habitantes de la zona metropolitana de Cuernavaca están sometidos a aceptar el pésimo servicio de los ruteros, y bajo esa óptica hubo simpatía hacia los planes gubernamentales, pero los grandes casos de corrupción hicieron que ese apoyo se esfumara, mientras se mantiene invariable la oposición de los concesionarios del transporte, los principales perjudicados con la modificación del sistema.
Por mucho que los funcionarios del área hablen de las bondades del "Morebús", el hecho de que sólo se propuso para extraer dinero público hace que el proyecto esté muerto antes de nacer. Pero resulta preocupante que el gobernador lance graves amenazas a los que se opongan al proyecto.
Habla de que la intención por hacer negocios particulares está por encima del interés de gobernar y de ejercer las responsabilidades que le confirió el cargo que cada vez le queda más grande.