De vez en cuando se cuela una protesta que tiene sus miras puestas en autoridades de otro nivel, pero por lo general es el gobierno de Morelos el que genera la mayor inconformidad.
El primer cuadro de la ciudad es ahora de difícil acceso para los autos, luego de que la vialidad se complicó por el cierre de la calle Guerrero, una idea no casualmente surgida de las autoridades estatales, que asignaron las obras de remodelación del Centro bajo esquemas oscuros y sin dar ninguna explicación.
Los augurios de los comerciantes establecidos en la zona más céntrica de la capital parecen destinados a cumplirse: quiebras masivas por falta de clientela.
Ayer sobraron de nueva cuenta las manifestaciones. De diferente intensidad pero la calle es el lugar donde se hace sentir el malestar por la forma en que Graco Ramírez conduce el destino de la sociedad morelense.