Sin embargo, en Morelos la citada cifra apenas corresponde a las muertes violentas de integrantes de ese género en un sólo mes, junio, a casi un año de que el gobierno federal decretó la llamada Alerta de Género, la activación de una serie de protocolos tendientes a dar más seguridad a las mujeres.
La omisión y -sobre todo- la simulación de las autoridades estatales ha convertido a la entidad en un territorio hostil para la mujer. Para justificar su inoperancia, el gobierno de Graco Ramírez culpa como responsables únicos a los ayuntamientos involucrados, pero al mismo tiempo criminaliza a las mujeres que han sido asesinadas, mientras calla sus propios incumplimientos.
Al cumplir el año de la declaratoria citada, cualquier informe sonará vergonzoso porque durante ese periodo creció alarmantemente el numero de decesos violentos.
Sin embargo, la autocomplacencia y la impunidad que da el control de los órganos sancionadores les ha llevado -a las autoridades- casi a festejar sus sangrientos logros en la materia.