Sin embargo, ahora se sabe que usó esa posición para beneficiar a sus amigos o a gente que lograba convencerlo -por medios que se ignoran- de aprobar jubilaciones ilegales por inmerecidas, con cargo -por supuesto- al erario.
El ex legislador del Partido del Trabajo dio sobradas muestras de su falta de probidad. Ignoramos si es la razón por la que no hace apariciones públicas, pero lo cierto es que tiene motivos para avergonzarse por la forma en que aprovechó el voto popular emitido en 2012.
Lo más lamentable del caso es que hasta ahora no se sabe de ninguna iniciativa que busque castigarlo, a pesar de que la impunidad sólo favorece la repetición de los delitos.