El ladrón usó su condición de hombre para cometer su delito, resguardado por sus compañeros de gremio, que asemás trataron de retener a la periodista.
Todo lo anterior fue denunciado ante la Fiscalía de la zona sur poniente, donde causalmente llegó el agresor, quien en un primer momento aceptó su delito.
Habrá que esperar que quienes participaron en los hechos sean procesados, para que se difunda el mensaje de que agredir a un ciudadano -sea cual sea su profesión- no sale gratis.