En las redes sociales se ha vivido una auténtica guerra de denostaciones que han terminado por polarizar a la sociedad.
El secretario de Gobierno ha dado a conocer una postura contraria al perfil conciliador que siempre se empeñó en presentar, cuando lo correcto es que desde el cargo que desempeña se dé tiempo de escuchar los reclamos y atender aquello que merezca ser atendido.
La confrontación no beneficia a nadie, y Morelos no puede caer nuevamente en el centro de otro escándalo de gran alcance si lo mismo los organizadores de las marchas como las autoridades cometen la tontería de apelar de la forma que sea a la violencia.