Por supuesto, esas fugas se reflejan en la calidad del servicio, continuamente detenido para llevar a cabo reparaciones sin fin.
No existen recursos para sustituir la vieja red, pero los habría si los usuarios pagarán por el servicio.
Sin embargo, sólo una minoría cumple y eso afecta la operatividad de todo el sistema.
Quizá sea tiempo de reconocer que los problemas urbanos tiene un origen multifactorial y que la responsabilidad ciudadana es mayor de lo que se quiere reconocer.