Me imagino el guión de la telenovela (que tendría éxito mundial) dedicada a reflejar la vida y milagros de los políticos morelenses que han logrado éxitos imbatibles en materia de seguridad. Los niños y señoras que formarán parte del amplio auditorio sabrán como se lucha a brazo partido contra la delincuencia organizada desde un escritorio amplio y cómodo donde también se puede dormitar de vez en cuando.
Podría comenzar con una toma muy cercana de quien personificara a nuestro héroe, que miraría a la cámara con aire de ensoñación mientras recuerda sus viejos éxitos de juventud. Aunque con eso tendríamos para muchos capítulos, tarde o temprano volveríamos a la misma toma en la oficina del funcionario, que despierta agitado cuando suena su teléfono y se escucha la voz de su secretaria que le dice “señor, es hora de volver a casa. Nuestra jornada laboral ha terminado felizmente”.
Mientras, se pueden hacer algunas tomas exteriores de patrullas intimidando borrachitos, el único tipo de “delincuencia” que azota estas tierras. Hay que poner escenas del jefazo mientras habla por radio desde su patrulla, en la que con sirena abierta se dirige al restaurant de moda para atender una reunión urgente con sus jefes.
Ya lo creo, sería una telenovela didáctica y enriquecedora, llena de historias humanas (podrían ser de animales, recuerde a Pingo, el metiche en esta columna) que puede ser posible gracias a que nuestro secretario de Educación Pública nos ha iluminado.