Igual que empiezan a aparecer versiones sobre los cómos y por qué de la derrota priista en la elección para gobernador, la diferenciación del voto, la falta de capacitación a sus operadores para que no les nulificaran una cantidad de sufragios que según cálculos de conocedores, les significarían a nivel estatal entre cinco y seis diputados más.
Sería hipotético de no existir los números, pero estos están ahí y van directo a la decisión de coaligarse con otros partidos no de forma general sino en parcialidades: iban para gobernador con todo, pero no en los ayuntamientos y diputaciones locales. Así, fácil, los votos que llegaran por cualquiera de las tres vías iban a la cuenta del candidato a gobernador de la coalición, pero como hicieron muchos, lo mismo votaban por dos de ellos o por los tres en las boletas que no había alianza, lo que los invalidaba.
Una evidencia de ello es que los votos nulos en la elección para gobernador fueron 21 mil 60 para gobernador y para diputados locales de 49 mil 528, más del doble. Otro ejemplo de la ineficacia de las coaliciones que tiene que decirse, construyó el candidato Amado Orihuela. Los del Panal le dieron 8 mil 119 votos en total mientras para diputados subieron hasta 11 mil 962. No obstante que esa cantidad por sí misma no les acerca siquiera a la permanencia de su registro estatal, su estratégica alianza con el PRI les ha otorgado una prerrogativa del pueblo a través del gobierno, además de una estructura que nunca ha contado: dos diputados locales y 14 regidores. Nunca lo imaginaron. Sin esfuerzo son parte del espectro político de Morelos. Y quedó más que demostrado que este partido no es de los maestros que cotizan para el SNTE.
Un elemento más que deshabilita para el futuro las coaliciones es que confundieron al elector. Los candidatos priistas en conjunto tuvieron en Cuernavaca 12 mil 327 votos nulos, solo los distritos primero con 3 mil 424 y el segundo con 3437 enseñan el tamaño del error. Era la diferencia entre ganar o perder. O el quinto que le nulificaron a su candidato 4 mil 464, que fue el más alto de los 18 distritos. Si la mitad era para los priistas, hoy el ayudante de Amado Orihuela, Manuel Trujillo, sería diputado electo. En el total de los distritos a los priistas les nulificaron 46 mil 98 votos.
Existe un dato importante en la coalición que fundamentalmente es por votos de priistas que si bien lo sabían, entendieron que era lo mismo votar por Orihuela si lo hacían por el Verde, por Panal o el mismo PRI: por el Verde Ecologista tuvieron la votación histórica en el caso de los diputados de 59 mil 656, y el Panal 13 mil 464. En comparación, se da un fenómeno especial en los primeros siete distritos que comprenden Cuernavaca, Temixco, Zapata y Jiutepec donde baja el voto de Panal y Verde, porque en lo que es la zona conurbada Nueva Alianza obtiene 2 mil 885 y el Verde 6 mil 860.
Otro dato a revisar es que el Partido Verde, con las condiciones que sean, son prácticamente la tercera fuerza estatal en relación a municipios con cinco, los que no tiene el Partido Acción Nacional y mete dos diputados por color propio. En una palabra, en cada casa partidista tienen que hacer su revisión, pero hay casos excepcionales que rayan en lo dramático como es el PAN. Por ello, Javier Chabelo López, Adrián Rivera y otros se juegan la vida. Serán años difíciles, por un trabajo ganado a pulso.
El tema apenas inicia, sucedieron muchas cosas que en nada evidencian el claro triunfo de Graco Ramírez por más de cien mil votos, una diferencia que nadie puede discutir. A propósito el virtual gobernador sabe de las dificultades que le esperan, está en el entendido que su administración tendrá que ser, auténticamente, de reconciliación. Tiene enfrente a una sociedad lastimada. Pero eso lo tratamos en otra ocasión.
Esta vez, queda la prueba que los priistas que hicieron posible las coaliciones no actuaron con inteligencia, creemos que es más ignorancia que otra cosa, porque coaligarse con otras fuerzas debe ser en sentido estricto al capital de cada quien. Hoy se avientan los trapos mugrosos de un lado a otro, pero al interior del PRI deben saber exactamente quiénes ordenaron estas acciones y cuáles son los números. Hablan de refundaciones, de reinvenciones, de crear otro partido nuevo. Ahí tienen un capital manifiesto, lo que predomina en este momento son las pasiones y los chismes y para ello, no solo los tricolores son finísimos. Otra cosa, lanzamos la pregunta: ¿Por qué el coordinador de la fracción priista en el siguiente Congreso no es uno de sus diputados por mayoría? Así deja de parecer la disputa de un botín más.
Dejamos material de sobra en el tintero.