¿Cómo lo va a hacer? Es ahí donde en el tiempo que falta para constituir su administración, el propio Graco tiene que buscar elementos que permitan un tránsito lo menos traumático posible. Porque la gente de Morelos vive en dos líneas: la real, con muertos por todos lados y la aparición de grupos armados que desafían a las instituciones porque las observan débiles, fallidas; y la mediática, que a cada momento muestran una especie de juego “de la comidita” que, si confrontan ambos, aparece lo que el ciudadano común vive: angustia, temor, rabia, desesperación. No exageramos: Morelos y los que vivimos aquí hemos sido trastocados vilmente. De pronto la entidad se perdió, a grado tal que todos los responsables de garantizar las condiciones, ya cuando menos medianas de vida, andan en “fuga geográfica”, de un lado a otro menos en su casa.
Graco llega como un ganador legítimo en esta elección, es lo de menos si lo hizo porque es experto o la perdieron los otros. La cosa es que nadie va a creer que robó o hizo fraude a sus adversarios, la diferencia es notable. Esa legitimación la tiene que traducir en confianza de las mayorías, y lo debe hacer antes de tomar la estafeta del doctor Marco Antonio Adame Castillo. No imaginamos las noches de Graco con la capacidad de análisis que le conocemos, buscando detalles del por qué Morelos vive estas dramáticas condiciones, tanto que en cinco días quedó una estela de muertos por doquier y la confianza ciudadana volvió a derrumbarse. Sabemos lo que dicen los medios. ¿Y lo que se oculta?
Hay temas gravísimos, de secuestros en las calles de Cuernavaca, a la luz del día, solamente porque alguna niña o jovencita guapa acompañada de amigos o familiares, la detectan de carro a carro y se da el hecho que deshace a muchas familias y los hace correr con desesperación a cualquier lugar que no sea esta antes benigna tierra. Corren las llamadas, el llanto desesperado y el silencio: “¿Cómo denunciar si no hacen nada, si es peor?”. No podemos detallar estas canalladas, pero se están viviendo en toda la entidad. Lo sabe Graco y lo saben quienes gobiernan el Estado y los municipios, y lo conocen los cuerpos policiacos, y la procuraduría, y las fuerzas armadas. Y no hay competencia, es Morelos una tierra sin ley. En cinco días de la semana pasada se cambió la perspectiva social, desde que se extrañaban de tanta calma a una ola violenta que este periódico con dolor pero acertadamente tituló como “la semana más violenta del sexenio”, y no tanto por el número de víctimas sino las formas y osadías de como lo hicieron.
Que busquen cómo los partidos, los grupos sociales y empresariales, los líderes de colonias, los obreros, los comerciantes, los transportistas, los políticos, los funcionarios, pero se tiene que establecer un programa, modelo, pacto o lo que quieran, que permita generar condiciones elementales de seguridad a la gente. No hay ni eso. Grave que lo escribamos pero más dejárselo en el pecho: la gente sale y comienza a pensar si va a volver o no. Misma zozobra que viven los que se quedan en sus hogares. Como que ya estuvo. No vemos quiénes asomen el rostro desde los círculos del poder, no vemos al dirigente de un partido hablar sobre el tema o exigir a las autoridades, no escuchamos ni sentimos el golpe en la mesa de los mandos policiacos y militares que hablan de un Morelos Seguro cuando la inseguridad pública, la emocional y hasta el espíritu está más que vacilante.
Parecen comentarios para llenar una libreta de utopías, pero no queda más, se han agotado las municiones de ideas, la tinta aguada se escurre, no sabemos a quién o quiénes nos enfrentamos, solo contamos y hasta de dos en dos o de cinco en cinco los que van cayendo, no solo cuerpos en camellones, en parajes o en plena calle transitada, sino la zozobra en los hogares donde es inevitable el encierro a la juventud, que sale pero con múltiples advertencias de qué manera conducirse en tanto el desasosiego se apodera de cada centímetro de nuestro hermoso Morelos. La confianza perdida, y la recuperación de esta concierne al casi gobernador Graco Ramírez, no para llenarlo de reproches porque era quien a la cabeza de la protesta popular, brillaba y se envidiaban sus tamaños. Hoy lo vemos en el balcón del palacio, ya recibiendo el rechazo de una sociedad harta y más allá de partidos y medios, o la adhesión de los que recobren la esperanza también- casi perdida.
Graco ganó bien, como lo dicen más de cien mil votos de distancia, inobjetable. Ahora debe gobernar un Morelos bronco, mucho más, cuando menos veinte veces, que aquel que tumbó a Jorge Carrillo Olea, y unas 10 del que se vivía con Sergio Estrada Cajigal Ramírez, que también el controvertido hermano del general José Domingo, puso equis a personajes policiacos, todos encerrados en cárceles de máxima seguridad o muertos en cautiverio, lo que nos indicó que sabía por qué los señalaba, y tenía “los pelos de la burra en las manos”. Ese Graco impresionaba, como el que hizo campaña y cambió la percepción de la gente que finalmente lo consideró la mejor opción.
Y no es asunto de presión cuando en juego está la tranquilidad de cada morelense, no, se trata que sea él o quien sea, marquen rumbos, indiquen por dónde y con qué caminar hacia otras condiciones, porque estas al morelense temeroso comienzan a hartarlo y habrá reacciones que después van a duplicar o multiplicar a las víctimas. No es asunto de la política, de los partidos, de fobias o filias. Es ni más ni menos que la razón de todos, sobre todo políticos, tienen para estar vivos y con vigencia (que no es lo mismo): el Morelos que siempre hemos tenido, que a punto estamos de dejarlo ir entre los dedos.
1 comentario
yo mismo me pregunto, cómo se puede recuperar la confianza en nuestra vida?
Cómo para esta matanza entre los jóvenes morelenses?
Cómo alistar a estos jóvenes a los estudios o al mercado laboral?
Cómo alistar u cuerpo policiaco honesto?
En 6 años se podrán conseguir respuestas a estos "cómo?"
Pero aquí no paran mis dudas, ahora vienen las Camaras (Diputados y Senadores) con vision partidista y donde no les intresa el bien comun sino sólo el bien a su partido. Se oponen a todo, excepto a subirse el sueldo.
Como Graco repitió en su campaña, no basta la voluntad de un solo hombre (o mujer) se requiere accion y voluntad de tod@s.
Sin el freno de las Camaras, o mejor aun, apoyando el interes comun e impulsando los cambios.
Espero este sexenio inicie con buenas estrategias y buenas actitudes en los 3 niveles de gobierno y de la administración pública.
Gracias
Hey
Buen Articulo Javier, yo mismo me pregunto, cómo se puede recuperar la… Compartelo!