Alberto pensó que ir a cubrir las elecciones intermedias en el estado de Nayarit sería un trabajo sencillo, nunca imaginó que sería confundido con “halcón” y que conocería en persona al ahora famoso fiscal estatal Edgar Veytia, preso en Estados Unidos por trabajar para el Cartel Jalisco Nueva Generación.
La década de los setentas estaba por llegar a su fin y las desapariciones forzadas eran cosa de todos los días.
En una primera columna sobre el tema del asesinato de la niña (que hoy sabemos se llamaba Magaly) de la colonia Carolina, sosteníamos que nada hubiera evitado que se cometiera este horrendo crimen.
Noé Sandoval Morales “se pasó de lanza”, como se dice en términos coloquiales. No solamente sirvió a los intereses del gobierno de Graco Ramírez como servidor público, sino que al terminar su sexenio se dedicó a azuzar a los auténticos transportistas para que obstaculizaran el trabajo de la actual administración. Hoy está tras las rejas, como muestra de que en este sexenio no hay impunidad para nadie.
Una de las herramientas tecnológicas que el perredista Graco Ramírez supo aprovechar muy bien para llegar al gobierno del estado en 2012 fue el “Twitter”, pues a pesar de su sexagenaria edad manejaba sus redes mejor que Amado Orihuela y Adrián Rivera. Sin embargo, las redes lo llevaron al poder, y las redes se encargaron de destruir su imagen después del sismo de 2017.
“¿Hubo descuido de los padres? Definitivamente no. Ellos estaban trabajando muy cerca de ahí y dejaron a la niña de seis años con la abuela”.
Cuando era reportero de El Financiero estaba en un grupo de Whatsapp de corresponsales de todo el país, en el que cada quien "ofrece" la nota que tiene en su respectivo estado y el jefe de corresponsales decide si la quiere o no.
En 1994, cuando Jorge Carrillo Olea designó como procurador de justicia del estado a su amigo y abogado de cabecera Carlos Peredo Merlo, éste decidió apostarle a la capacidad de tres jóvenes abogados que ya trabajaban en esa dependencia, y a quienes colocó en áreas estratégicas de la misma: Rafael Borrego Díaz, José Luis Urióstegui Salgado y Fernando Blúmenkron Escobar.
Cándido y Donaciano se conocían desde jóvenes y crecieron entre sembradíos y caballos de la zona surponiente de Morelos; Puente de Ixtla y Miacatlán para ser exactos.