Quienes nos dedicamos a la cobertura de los juicios penales, ya sea en forma oral o con el método tradicional, hemos escuchado o leído las atrocidades más inimaginables. Por ejemplo, secuestrar a paseantes y obligarlos a sostener relaciones sexuales entre ellos, sólo para saciar su morbo. Violar a las mujeres que quedan “en garantía” mientras los hombres van a la ciudad a conseguir el dinero para el rescate.
El último caso registrado:
Julio de 2016. Era un sábado por la tarde (ni siquiera estaba oscuro) cuando una mujer y sus dos hijas, así como el novio de una de ellas, que viajaban en un automóvil fueron interceptados por individuos encapuchados y armados que abusaron sexualmente de ellas, para después dispararles en varias ocasiones.
Como consecuencia de las heridas, una de las jóvenes perdió la vida, en tanto que su hermana y su madre fueron trasladadas graves a un hospital particular del estado de México, donde se inició la denuncia correspondiente.
Los ataques a los automovilistas que circulan por esa carretera son frecuentes. En octubre de 2011, una familia –tres mujeres y dos hombres– fue atacada por varias personas que portaban armas de fuego, también en las inmediaciones de las lagunas de Zempoala, en Huitzilac.
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Ese día, las tres mujeres sufrieron abuso sexual y permanecieron secuestradas, mientras que los hombres fueron golpeados y obligados a conseguir dinero para que regresaran a sus familiares con vida.
La madrugada del jueves 26 de enero de 2012, cuatro trabajadores de la empresa Nissan Mexicana salieron de Toluca, Estado de México, con destino a la planta ubicada en Civac, perteneciente a Jiutepec, con el fin de participar en un curso de capacitación, a bordo de una camioneta.
Como en el caso anterior, en las inmediaciones de las lagunas de Zempoala, fueron interceptados por una camioneta, cuyos ocupantes los mantuvieron secuestrados durante 14 días.
Recuerdo bien el caso de Milagros, una agente de la Policía Ministerial a la que conocí de vista desde que se graduó de la escuela de Policía. En 2008 a un director de la Policía Ministerial se le ocurrió hacerle como en las películas, y poner a Milagros y a un agente de nombre Carlos dentro de un coche simulando ser una pareja de novios que disfrutaban de la vista panorámica de “El Mirador”, en la autopista al Distrito Federal.
Pero el operativo no resultó exitoso. Los malhechores sí llegaron pero agarraron al policía mientras orinaba a unos pasos del coche que serviría de señuelo y le dispararon. Acto seguido se subieron al vehículo donde la mujer policía hacía lo posible por esconder la pistola de cargo.
Se la llevaron con todo y vehículo rumbo a Tres Marías. Cuando la bajaron con la intención de matarla se llevaron la sorpresa de que era policía. Narró la agente que la hincaron a la orilla de la carretera federal y le iban a disparar con su propia pistola, pero (oh bendita armería chafa) se encasquilló. Cuando cerrojeó la pistola para desatorar el proyectil e intentar nuevamente el disparo, un vehículo que bajaba echó las luces altas y el sujeto optó por dejarla ir. Fue “El Milagro de Milagros”.
Minutos después un automovilista se compadeció de ella y la llevó hasta la jefatura de Policía. Regresó con refuerzos hasta “El Mirador”, pero su compañero Carlos ya había fallecido.
Milagros pudo identificar perfectamente a los cuatro sujetos que mataron a su compañero. Dos fueron detenidos casi de inmediato, en tanto que uno fue localizado a finales del año pasado en Nuevo León, es decir, 10 años después. La justicia tarda, pero llega.
¿Cuándo se va a acabar la delincuencia en Huitzilac? Esa es la gran pregunta. Cada vez que hay una víctima importante (como a mediados del sexenio de Marco Adame que mataron en Zempoala a un médico militar) se realizan operativos en toda esa zona boscosa, pero luego vuelve a la normalidad y decenas de personas comunes y corrientes son víctimas de asaltos, secuestros y violaciones.
Y todo esto viene a colación porque ayer se dio a conocer que el presidente de Bienes Comunales de Huitzilac ,José Luis Mancilla Cueto, solicitó se instalen elementos de la Guardia Nacional para proteger a los ciudadanos, comerciantes y al turismos que visitan al Municipio de Huitzilac debido al problema de inseguridad que existe en el Estado.
Alejandro Mancilla, quien ya ocupó ese mismo cargo hace años y que ahora se dedica a la comunicación, informó que los comuneros están ofreciendo en comodato las instalaciones y el predio ubicado en el paraje denominado “El Cuartel" ubicado al norte de Tres Marías, todo ello en coordinación con el presidente municipal Ulises Pardo Bastida.
Ojalá que la Federación les haga caso y ponga un destacamento de la Guardia Nacional en Tres Marías, y que se dé sus vueltas por la carretera que lleva al parque nacional Lagunas de Zempoala, así como a la ciclopista que viene desde la Ciudad de México.
Porque les aseguro que a una persona se le queda más en la mente un hecho traumático como los que hemos narrado, que la belleza de las lagunas de Zempoala, el olor de los bosques o el sabor de las quesadillas, la barbacoa y el pulque que se produce en Huitzilac.
Después de sufrir un asalto les aseguro que un turista jamás regresa y además le dice a 10 familiares y 10 amigos que no visiten Huitzilac porque es un nido de delincuentes. ¿Y cómo les decimos que no es cierto?
HASTA MAÑANA.