Entonces hay una hora en la que aquello parece mercado, pero muy "sui géneris".
- Tengo un desmembrado en Cuernavaca- ofrecí yo.
- En Tijuana tengo tres también cortados en cachitos- agregó la corresponsal de Baja California.
- Acá me reportan entre seis y nueve cuerpos desmembrados, apenas están "armando" los cadáveres- terció el de Jalisco.
- Jalisco, mándame esa inmediatamente. También entra la de Tijuana y… Morelos se queda "en stand by" a menos que el desmembrado sea alguien importante- sentenció el jefe de corresponsales.
Nos hemos deshumanizado a tal grado que ya casi nada nos impresiona. A lo largo de nuestro paso por la nota roja conocimos de la regla no escrita: “más de cinco muertos es nota nacional”, y nos acostumbramos a ver cadáveres incluso durante la necropsia en las planchas del Servicio Médico Forense.
Pero las circunstancias cambian y no precisamente para mejorar. Hace 12 años había homicidios por arma de fuego, por arma punzo cortante o incluso por “arma gris” como se le conoce al asesinato usando una piedra.
Hoy, lo “normal” es un cuerpo destazado cuya cabeza sirve para evitar que se vuele una cartulina donde hay mensajes que dirigen los diferentes grupos de delincuencia organizada.
Eso ya ni siquiera es nota para los medios nacionales.
Recientemente apareció en las portadas de todos los periódicos una fotografía espeluznante: una docena de personas pendían del paso a desnivel mientras otros cuerpos yacían en el piso.
Pero lo que más llamó la atención fue que, en el centro de la foto, se advertía la presencia de un puesto de tacos. Y estaba en servicio.
Varios medios de comunicación lo esperaron a la siguiente noche para entrevistarlo, y se dieron cuenta que no se trataba de un taquero, sino de un hombre que vende hamburguesas bajo el puente del libramiento oriente.
El hombre fue identificado como Isidro García Martínez, quien desde 1995 se coloca todas las noches en ese lugar para vender los alimentos.
“El Güero”, como también lo conocen, estaba por terminar su jornada de trabajo, a las 5:30 de la mañana, cuando escuchó un ruido, pero él siguió con su trabajo pues “el que nada debe, nada teme”.
“Estaba trabajando… cayó uno primero como si lo hubieran atropellado o algo así y nomás volteé a la derecha, donde oí el ruido, y vi que estaba uno tirado y me volteé para acá y me enfoqué, ya al rato vi que había un colgadero”, detalló Isidro García.
Un par de minutos después volvió a voltear y a sus espaldas ya estaban colgados más cuerpos en el puente, sin embargo, aseveró que no sintió miedo ni nervios ante la escena del multihomicidio, pues resaltó que en su infancia fue víctima de violencia y no es algo que le impresione.
Cabe mencionar que al señor Isidro García no le importa hablar de lo que pasó, aún con el asedio de los “halcones” que merodean su carrito de comida. Trabaja de 10 de la noche a seis de la mañana.
“El vendedor del puente en Uruapan solo muestra la normalización de la violencia que hay en este país, y muy probablemente que no importa qué pase uno tiene que trabajar para sacar el día porque la precariedad no para, ni para los muertos ni los vivos”, opinó un usuario de Twitter.
Y tiene razón éste cibernauta. En Morelos también hemos visto casos en los que hay un cadáver en la calle y los bares cercanos siguen ofreciendo sus servicios.
El viernes por la tarde un comando armado disparó contra cuatro hombres en un lote de autos ubicado sobre la avenida Morelos. Ahí murieron tres y el cuarto falleció en el hospital.
Horas después (y así lo constatamos) cientos de jóvenes se divertían en los bares de la Plazuela del Zacate, en Las Plazas y en la calle de Comonfort.
Al llegar a la casa, nos enteramos que un vecino, profesor de educación física, fue asesinado a balazos mientras presenciaba un partido en un campo de futbol del municipio de Xochitepec.
Y el sábado por la tarde, mientras redactábamos la presente columna, recibimos una tarjeta informativa en la que dan cuenta que a las 17:04 horas se recibe reporte de que en un domicilio ubicado en Calle Ayuntamiento, de la Colonia Carolina, Municipio de Cuernavaca, se localizaba una menor sin vida.
Al acudir se localizó al interior de uno de los cuartos de la vivienda, el cuerpo sin vida de una menor de 6 años de edad, quien presentaba lesiones producidas por arma punzó cortante.
De acuerdo a versiones en el lugar, la infante se encontraba en el domicilio en compañía de su abuela, cuando ingresó un hombre a quien identifican como vecino del lugar, abusando de la menor y causándole lesiones con arma blanca que la privaron de la vida.
No, no nos podemos acostumbrar a esto por más años de experiencia que tengamos en reportar crímenes.
HASTA MAÑANA.