Muy cerca de ahí, en el Centro de Convenciones de Xochitepec, había caras largas e intercambio de reclamos. Nadie quería la paternidad del fracaso.
Eran casi las dos de la tarde y los funcionarios del Instituto Nacional Electoral acababan de emitir su veredicto: Se requerían tres mil personas con credencial de elector, y sólo se reunieron oficialmente dos mil 700, por lo que no alcanzaba para ser considerada una asamblea estatal del Partido Redes Sociales Progresistas.
La realidad es que la gente comenzó a llegar desde las 10 de la mañana de aquel 17 de agosto; “acarreados” en camiones provenientes de diversos puntos de la entidad la asistencia ya superaba los tres mil requeridos, pero a las 12 que comenzó el evento muchos contingentes se retiraron, de tal manera que a la hora del conteo faltaron 300.
No había duda, el intento de asamblea fue un rotundo fracaso, pero para no exhibirse sus encargados de comunicación lo difundieron como un “exitoso encuentro con hombres y mujeres de Morelos”, donde la cereza del pastel era el anuncio de que dos perredistas se pasaban a las filas del nuevo partido, Sebastian Becerra, líder de los jóvenes en Morelos, y Rubí Uvalle, ex consejera nacional del PRD.
El comité organizador estaba integrado por familiares e incondicionales de la ex lideresa del SNTE: Fernando González (yerno), René Fujiwuara (nieto), Erika Gordillo (sobrina) y Moisés Jiménez Sánchez (fundador de las RSP) quienes mantenían al tanto de lo que ocurría a Elba Esther.
La idea era que cuando se anunciara que se había logrado el objetivo al quedar validada la asamblea, entraría la ex presidiaria (aunque siempre estuvo en la enfermería de la cárcel) en medio de un espectáculo apoteósico de aplausos y porras.
Pero no ocurrió así. Los organizadores se escurrieron hasta el estacionamiento y de ahí desaparecieron sin dejar dicho si lo volverán a intentar y en qué tiempo.
En Morelos la organización elbista nació con muchas promesas y desde que salió la maestra de la cárcel prometieron que a sus seguidores serían puestos en el gobierno federal, así como en los estatales y municipales. Los concentraban en hoteles de la colonia Polanco de la ciudad de México, donde se medían los avances del proyecto.
Algunos estaban tan emocionados y seguros de que obtendrían cargos que vendieron lo poco que tenían.
En una reunión con la dirigencia nacional del Partido del Trabajo se pactó que le darían al PT el seis por ciento de la votación a cambio de posiciones plurinominales; el PT nunca se preocupó de hacer estructura porque ahí era donde entraba RSP con todos los elbistas, expertos en el manejo de redes, al servicio del proyecto de AMLO.
No fue difícil convencer a los maestros morelenses para que votarán por AMLO. “Apoya amigo maestro a RSP y la reforma caerá,” decían. Ya después todo se volvió más turbio y RSP se registraba por Morena en unos estados pero en su mayoría por el PES; aquí en Morelos sólo Cuernavaca se registró vía PES y lo demás PT fue un completo desorden y al final el PT no llegó ni a la cobertura nacional de casilla del 20% más bajo cayó el peso.
AMLO ganó y la maestra salió en agosto. En voz de sus más cercanos escuchaban que ella había negociado recuperar el SNTE; pasó septiembre y llegando a navidad nada eso me hizo pensar que todo se estaba cayendo más aún porque no nos llamaban para ninguna chamba RSP estaba sin puestos y lo mismo ocurría en todos los estados.
En enero tuvieron una asamblea en el salón del hospital español donde se presentaron los estatutos para que RSP pasara de organización a partido político y empezar con los requisitos del INE, prometieron sueldos y apoyos. Pasó marzo y abril y nada, ni apoyos ni cargos públicos.
En Morelos, donde ganó la alianza Morena-PT-PES, se dijo desde mucho tiempo antes que el IEBEM sería para los elbistas. Luego que la Secretaría de Educación, pero al final no les dieron ni una cosa ni la otra.
Increíble pero cierto: Morelos, donde el grupo elbista se encumbró años atrás y se suponía era unos de sus principales bastiones políticos (sobrinos y yernos de la maestra alcanzaron diputaciones locales siempre por la vía plurinominal) ahora todo parece indicar que es el principio del fin del proyecto que supuestamente regresaría a la maestra a los primeros planos de la política nacional.
Y es que Elba Esther, junto con el dirigente de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, son de los personajes que los seguidores de la Cuarta Transformación ven como los “prietitos del arroz” por sus negros antecedentes.
Consideran que los excesos de Napito y Elba Esther, con departamentos en el extranjero y aviones privados, son un insulto para los seguidores del actual presidente, eterno predicador de la austeridad republicana y la anticorrupción.
Se entiende que para llegar al poder era necesario hacer alianza con todo tipo de grupos, pero ahora que ya es presidente, “la chairiza” no vería mal que su máximo líder Andrés Manuel López Obrador retirara de la escena política a los personajes antes mencionados.
HASTA MAÑANA.